Biden, sobre Ucrania y Oriente Próximo: “Estamos en un punto de inflexión para las próximas décadas” | Internacional

Biden, sobre Ucrania y Oriente Próximo: “Estamos en un punto de inflexión para las próximas décadas” | Internacional

“Cuando los dictadores, los grupos terroristas, no pagan un precio por sus acciones, eso provoca más caos y más destruccion”, ha dicho el presidente de EE UU, Joe Biden, en un discurso televisado desde el despacho oval sobre la ayuda a Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás, en el que ha revelado que este viernes pedirá al Congreso “asistencia urgente” para Kiev e Israel. Su comparecencia ante las cámaras era una intervención excepcional: es solo el segundo que dirigía a sus compatriotas desde el centro del poder estadounidense en sus casi tres años de mandato. El primero había llegado en junio, cuando un acuerdo legislativo in extremis evitó un cierre del Gobierno.

“Encaramos un punto de inflexión. Uno de esos en los que las decisiones que tomemos hoy decidirán las décadas por venir”, adevertía al comenzar su declaración. Si el presidente ruso, Vladímir Putin, tiene éxito en la invasión de su país a Ucrania, supondrá una amenaza para Polonia y los Estados del Báltico. En Oriente Medio, los grupos radicales islámicos pueden expandir su influencia, ha advertido. “Es fundamental darse prisa”, insistió.

El escenario y el momento estaban cargados de solemnidad. Aún no hacía 24 horas que el inquilino de la Casa Blanca había regresado de un viaje de menos de ocho horas a Tel Aviv, dominado por las consecuencias de la explosión en un hospital en Gaza. Allí, Biden había logrado un acuerdo con Israel para permitir el envío de ayuda humanitaria a la franja antes de que comience lo que se teme que será una violenta campaña terrestre de las tropas israelíes en respuesta a los atentados de la milicia radical palestina Hamás el 7 de octubre.

El propósito del discurso era subrayar ante los estadounidenses la necesidad de dedicar miles de millones de dólares a la ayuda militar a Ucrania y a Israel. La Casa Blanca tiene previsto presentar al Congreso para su aprobación una nueva petición de fondos de cerca de 100.000 millones de dólares en presupuesto adicional. Unos 60.000 se destinarían a la asistencia al país invadido por Rusia, y cerca de 10.000, al aliado en Oriente Próximo. El resto, a Asia y a la seguridad de la frontera sur estadounidense.

Horas antes de su discurso, Biden había conversado por teléfono con el presidente ucranio, Volodímir Zelensky, quien en la red social X, la antigua Twitter, manifestó que su homólogo estadounidense le había reiterado el apoyo de Washington “durante todo el tiempo que sea necesario”.

En Tel Aviv, Biden, que expresó su firme apoyo a Israel contra Hamás, había anunciado ya una partida de cien millones de dólares en asistencia para los palestinos en Gaza y Cisjordania, y adelantado que pediría fondos al Congreso para ayudar a Israel a derrotar a la milicia radical.

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El discurso llega mientras el Congreso se encuentra semiparalizado. El sistema estadounidense prevé que las dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes, deben dar su visto bueno a las medidas presupuestarias. Pero las luchas internas entre los legisladores republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes, mantienen a esta institución sin presidente desde hace 17 días y con sus trámites detenidos.

No se prevé un fin inmediato al impasse. El aspirante a presidir la Cámara, Jim Jordan, alineado con el ala dura republicana y el expresidente Donald Trump, no consigue los votos necesarios entre su propio partido para alcanzar el puesto.

Los legisladores demócratas y una amplia mayoría de senadores y congresistas republicanos apoyan el envío de ayuda militar a Ucrania, que consideran una cuestión de seguridad nacional: una derrota de Kiev dejaría a una Rusia crecida a las puertas de la OTAN y debilitaría los valores democráticos y el Derecho internacional en todo el mundo, consideran. Washington ha enviado ya más de 75.000 millones de dólares en ayuda de defensa al Gobierno de Volodímir Zelenski, incluidos sistemas de misiles de larga distancia ATACMS.

Pero el ala más radical de la bancada republicana en la Cámara de Representantes se opone a continuar esa asistencia sin una fecha para su fin o el logro de objetivos claros. Dada la exigua mayoría con que los republicanos dominan esa institución, su influencia es desproporcionada. El mes pasado lograron impedir la aprobación de una nueva partida de ayuda para Kiev; los fondos que la Casa Blanca trata ahora de sacar adelante.

La mayoría de la población estadounidense considera, según las encuestas, que Washington debe continuar su respaldo militar al país invadido. Un sondeo publicado por Reuters a comienzos de este mes indicaba que cerca de un 40% de los votantes está de acuerdo en que el país “debería aportar armas a Ucrania”.

Los ciudadanos estadounidenses también respaldan la política de Biden hacia Israel. Un 61%, según una encuesta publicada el martes por Quinnipiac, declara estar del lado de ese país, y un 52% considera que el apoyo que Estados Unidos le está aportando está en el nivel adecuado. Solo un 13% declara sentir más simpatía por los palestinos.

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