Prigozhin, jefe de Wagner, está cada vez más aislado (Análisis)
Minsk, Bielorrusia (CNN) — Si algo preguntaba claramente en la rueda de prensa de estos jóvenes que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, es el jefe del grupo mercenario ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, y al que no ve públicamente desde el 24 de junio, parece estar en un limbo decididamente peligroso.
Lukashenko trazó una distancia entre él y Prigozhin cuando dijo que ninguno de sus mercenarios se quedó en Belarús, y que no estaba claro si alguien se había mudado al país.
“Está en San Petersburgo. O quizás esta mañana viaje a Moscú oa otro lugar”, dijo Lukashenko en respuesta a una solicitud de CNN. “Pero ahora no está en el territorio de Belarús”.
Cuando me dijeron que Lukashenko medió en una escritura para poner fin al intento de levantamiento de Prigozhin en Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, explicó que la escritura se produjo porque Prigozhin y Lukashenko se habían conocido «personalmente desde hacía mucho tiempo, unos 20 años».
Pero en julio pasado, Lukashenko dijo que Putin había sido amigo de Prigozhin durante mucho tiempo, quien lo conocía «mucho mejor que tú, y lo conoces hace más de 30 años».
Ninguno de los dos líderes parece ora muy dispuesto a ser el mejor amigo de Prigozhin.
La menor de las muestras de las tensiones de larga data de Prigozhin con el Ministerio de Defensa de Rusia fue su insistencia en que los mercenarios de Wagner firmaran contratos con el gobierno ruso; Prigozhin lo niego.
Pero estos jóvenes, Lukashenko, insistieron en que los combatientes de Wagner se unieran a Belarús, buscando firmar documentos con su gobierno.
“Cuando decidamos ubicarnos en Belarús, haremos un contrato con ellos”, digo.
Justo cuando entramos en que Prigozhin estaba en Rusia, no en Bielorrusia, los medios de comunicación de verano rusos difundieron imágenes de un supuesto informe policial en la oficina y residencia de Prigozhin en San Petersburgo. Las imágenes, calificadas de «escandalosas» por los presentadores, muestran lo que describen como un alijo de oro, dinero y peluches, combinado con armas y varios pasaportes aparentemente pertenecientes a Prigozhin bajo diferentes alias.
Lukashenko, cuya lealtad al presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha logrado mucho para caracterizar a su país como algo más que un estado vasallo, ha redoblado su amistad con Putin.
Sin embargo a veces tenemos tensiones, digo, “tenemos canales de comunicación y en cuestión de minucias mantenemos una conversación y en horas nos vemos cara a cara. Estamos en el mismo barco. Si nos pelamos y tenemos una aguja en este barco, navegaremos los dos».
Hecho, dijo, cuando se trata de las armas nucleares rusas recién estacionadas en Belarús, los dos países están unidos por la cadera.
«Su finalidad es exclusivamente defensiva», confirmó. Si Rusia utilizara armas nucleares, «estoy seguro de que consultaría con su aliado más cerca».
— Katharina Krebs y Luis Graham-Yooll contribuyeron con este informe.